Hubiera querido decirte tantas cosas,
querría haberte nombrado lo innombrable,
haber contado todas las estrellas del
universo y decirte sus nombres.
Describir la curva boreal de tus sueños
y despertar con la mejilla en tu frente.
Pero tengo el corazón vacío
y las manos empapadas en la
salubridad de las lágrimas.
Tengo el pecho lleno de fuerza y
el ánimo roto para levantarlo.
Se me quebró la espalda,
se me fue el valor,
se me quemaron las alas,
se me acabó el amor.
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