miércoles, abril 09, 2008

La niña lloraba

“La niña lloraba, lloraba y lloraba ante la imagen atroz, el sufrimiento de la voz, el callar del alma, el espoleo de la muerte. A su tierna edad había aprendido el dolor de la pérdida, la maldad de los hombres y el estertor de la muerte...No veía más que sangre en sus manos cuando mostraba las palmas a sus ojos henchidos en lágrimas y su mente, desbocada y sin control, era incapaz de ordenar las ideas suaves del mundo del amor, solo una imagen, solo una voz, un aullido de dolor y por muchos más que fueran no valía la pena nisiquiera aullar a la luna...La ataba a su pena ese amor alimentado con la certeza del sufrimiento; desgarrada la carne, derramada la sangre. Prefería mil crueles dentelladas antes que haber de soportar el peso de las acciones, aunque involuntarias, una vez más...Sentir el terrible peso de cargar la culpa sobre los hombros. Nadie quiere madurar así pero cuando está frente a tus ojos es imposible ignorar el hecho de seguir creciendo en un mundo amoral, en el cual, todo lo que aprendiste cae con un soplido del viento...Cuando la torre de frágiles naipes cae jamás vuelve a reconstruirse desde los cimientos, apenas será ya un vano reflejo de lo que fue y el amor y la tolerancia son sustituidos por el dolor y la discordia inacabables, más tangibles que los propios reflejos del cabello de seda de la muñeca de negros ojos, “¿y a quien le importa?” no es a quien sino qué le importa...Le importa el abandono, la dejadez, la ignorancia, la intolerancia y todas esas cosas que hacen del mundo un pozo corrompido, de la soledad un amigo y de la violencia el arma del poder.

Sustituía poco a poco pese a su tierna edad la frustración por la quietud, el aura resplandeciente rutilaba espesa y desganada, aunque sabía que nada era suficiente para salvarse se recompuso por no quedarle más opción que seguir andando y buscar algo con lo que alimentarse, a poder ser, de los ojos de un malvado acosador, de un violador sin escrúpulos, de un maltratador de sus sirvientes...De la siniestra mano negra que abrió el telón al espectáculo del horror."