He tenido muchos periquitos en mi vida pero Bicho que así se llamaba era especial...
Cualquiera se daba cuenta solo con verlo o tenerlo sobre el índice que poseía esa característica que humanizándolo hace que llegues a tenerle especial cariño y respeto.
Este era el caso de Bicho, mi compañero que tras casi 4 años de vida en el que hemos pasado ratos buenos y malos, de salud y enfermedad (tanto uno como otro) de diversión y de soledad, de amores y desamores (él con su especie, yo con la mía), incluso ha pasado 2 mudanzas con la periquita y conmigo, pero sobre todo de comprensión mutua.
Hay una respuesta a la pregunta de si puede llegarse a querer más a un animal que a una persona, sin duda: sí ... Lloro mientras escribo pues no lo puedo evitar, ha sido una gran pérdida acaecida en mi ausencia y aunque debiera no me alivia más el hecho de pensar en no haberlo visto morir...He tenido no solo muchos periquitos si no muchos pájaros, la mayoría recogidos de la calle y uno se murió en mis propias manos y aunque lloré su muerte jamás podrá equipararse al corazón mellado que me ha dejado ese Bichito o ese demonio alado amarillo surgido del abismo del averno...como yo cariñosamente le llamaba.
Bicho no era un periquito solamente, era un compañero de vida, un compañero de todo y su pérdida ha sido el gran vacío en el que nunca quise pensar...querría que hubiese estado conmigo para siempre pero dejando los anhelos a un lado soy feliz....Cuando pienso que él ha sido tan feliz, ha tenido una vida de diversiones, entretenimientos, libertad limitada pero al fin y al cabo libertad, unos compañeros estupendos con los que jugar, etc. Soy feliz cuando recuerdo cómo comprándolo le salvé la vida al curarle su sarna que a punto estuvo de empujarlo a la muerte mucho tiempo atrás pero al tiempo me enternezco cuando recuerdo cómo me esperaba para subir a mi dedo cuando caía al suelo y no podía volar hasta la jaula o cómo venía andando cuando lo llamaba y mil cosas más porque Bicho no era solo un periquito, pongo especial empeño en recordarlo todo lo que haga falta.
Mi madre que lo vio vivir y morir lloró mucho, yo lloro mucho por saberlo muerto y que no lo veré más...Ahora que él no está cuidaré de los otros tres Bichitos que me quedan y aunque este texto tan breve se quede corto para exhaltar todas las virtudes que poseía mi Bichito queda constancia de lo que fue y lo que ha sido para esta casa y en especial para mi, que tanta compañía me hizo y soportó mis ratos de tristeza e incluso cuando soportaba que lo hiciera rabiar haciéndole la puñeta.
Quede constancia: Bicho llegó a mi vida el 10 de noviembre de 2005 día de mi 19 cumpleaños en Xàtiva, dejó de vivir el día 12 de julio de 2008 en Petrer.
Para que en muerte, a lo menos, descanses en plácidas moradas: Te quiero mi Bichito.
